Soltar a los tigres- Por: Marco Baños
2 abril, 2024COLABORADOR INVITADO
Marco Baños
Profesor en UPy UNAM.
Especialista enmateria electoral
@MarcoBanos
(Foto Tomada del Internet)
EL intervencionismo del presidente de la República en el
Iproceso electoral es ilegal,
sistemático y deliberado. Suma
más de 35 resoluciones de las
autoridades electorales que constantemente le ordenan ajustar su
comportamiento a las disposicionesconstitucionales que desde
2007 imponen restricciones claras a los servidores públicos: no
pueden utilizar recursospúblicos
bajo su administración en temas
electorales y no pueden vulnerar
los principios de imparcialidad
yde neutralidad que les obliga a
no hablar en favor o en contra de
candidaturas o partidos políticos.
Más allá de la deliberación
pública sobre la evidente desactualización del modelo cerrado
que la Constitución establece
en la materia, el hecho es que
se encuentra vigente, que no se
pudo ajustar por
la intolerancia
oficialista para negociar con la
oposición laactualización de
las reglas deljuego; que esas
normas construidas para evitar el
intervencionismopresidencial en
las elecciones fueron impulsadas
por el actual presidente, luego
de su derrota electoral en 2006y
de sus severos cuestionamientos
a los apoyos queVicente Fox dispensó a la candidatura de Felipe
Calderón.
En 2024 la historia se repite,
solo que ahora el presidente es
Andrés Manuel López Obrador, quien desde elprincipio
de su mandato ha impuesto un
sello propio yarbitrario que ha
permeado a todas las esferas del
morenismo: soslayar la observancia de la ley yconstruirtodos los
subterfugios posibles para seguir
victimizándose de todo, echar la
culpa al pasado, a los neoliberales, a sus adversarios políticos, a
quienes acusa de todo desde su
tribuna de propaganda político
electoral de las mañaneras.
Ahora, en varias ocasiones,
ha hablado de la posibilidad
de un golpe técnico de Estado,
aludiendo a que las autoridades
electorales traman una posible
anulación de la elección para
regresarle a los conservadores el
poder, usando los adjetivos más
suaves que tiene. Pero ha dicho,
también, que, de concretarse una
posible anulación, se soltarían
muchos tigres. ¿A qué se refiere?
¿Cuál es la intencionalidad que
persigue? ¿De qué deberíamos
preocuparnos?
Lo cierto es que
las expresiones reiteradas del presidente, el
activismo permanente en favor
de su candidata y, sobre todo,
su constante violación a normas
constitucionales que regulan su
actuación durante las campañas
electorales ha incrementado la
litigiosidad del proceso electoral, dado querecurrentemente
su actuación se revisa en sede
jurisdiccional. Si elTribunal en
2006 determinó que la actuación
de Fox desniveló la cancha, qué
hará ahora la integración actual
del propio Tribunal ante la inclinación diaria de la cancha por
Andrés Manuel López Obrador
en favor de su candidata.
El escenario para las autoridades electorales luce complicado
por
la confrontación y descalificación permanente del primer
mandatario, por
la presencia
del otro tigre encarnado en los
grupos del crimen organizado
cuya intervención fue reconocida
por algunas magistraturas, cuyos
alcances y efectos aún no conocemos, pero que ha provocado la
muerte de 27 personas aspirantes
o precandidatas a cargos de elección popular.
No le demos vuelta al asunto,
litigiosidad proceso
de la intervención permanentey
al margen de la ley del presidente
yde otros servidores públicos
como el Jefe de Gobierno de la
CDMX, de su desacato a las resoluciones que
les marcan límites y
de sus reacciones diarias por
las
que atribuyen calificativos al INE,
como aquellas donde lo acusan
de actuar como la Santa Inquisición. ¿Qué harán las autoridades
con las mañaneras? ¿Cómo se
corregirán las lesiones ya generadas a la equidad de la contienda?
Son las incógnitas para resolver
de manera inmediata.