EL SOLDADO DE LA PATRIA

EL SOLDADO DE LA PATRIA

17 septiembre, 2023 0 Por Blanco y Negro TV

El Zumbido del Moscardón

Francisco Alejandro Leyva Aguilar

Hoy conmemoramos el natalicio de uno de los hombres mas universales de Oaxaca y México, un hombre que en muchos sentidos le cambió el rostro a nuestra nación, con dos de sus virtudes más representativas: valor e inteligencia. Me atrevo a pensar que México sería otro si Porfirio Díaz no hubiese venido al mundo aquél 15 de septiembre de 1830 en el paraje “La Borcelana” de San Sebastián Etla, Oaxaca.

No pretendo hacer aquí una biografía mínima del prócer oaxaqueño, pero si debo resaltar que de no haber cometido su “pecado”, quizá el derrotero de México sería distinto y entonces no habríamos conocido los partidos políticos ni nuestro sistema democrático que hoy está a punto de desaparecer. En el mundo del monarca, no cabían los estridentes ni revoltosos, en su mundo jamás hubiese existido un López Obrador.

Su “pecado”, que lo describió de manera magistral un general de la revolución mexicana -vaya paradoja- fue, en boca de Álvaro Obregón “haber envejecido”. Quizá el fortísimo general, el poderoso gobernante de los primeros años de su monarquía, estaba ya cansado de asumir la paternidad de la república y, al darse cuenta del derramamiento de sangre vertida por su decisión de seguir gobernando, prefirió dimitir.

Me dijo un amigo ¿por qué le llamas monarca cuando todos lo tildan de tirano?… ¡vaya pregunta!., le dije, ¿has leído a Aristóteles?

El filósofo griego nos legó su pensamiento respecto de las formas puras y las impuras de ejercer el poder. Decía, cuando el poder recae en un solo hombre y éste ocupa el poder en beneficio de todos, hablamos de la forma pura de la Monarquía; su perversión es cuando ese hombre ocupa el poder en beneficio propio, entonces se convierte en una dictadura.

Y si revisamos la historia, José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, nunca ocupó el poder en beneficio propio y, si la historia lo recuerda por su mano firme para aplicar la ley, que en muchos sentidos también era su voluntad, es porque llevó a pie juntitas la filosofía positivista del francés Augusto Comte “Orden, Paz y Progreso”.

En un México de la postguerra de reforma y de la invasión austrohúngaro-francés, para ese tiempo el ejército más poderoso del mundo, es decir un México convulsionado por la guerrilla y la guerra, alguien tenía que ponerlos en paz y ese justamente fue el oaxaqueño.

Primero Orden. Para eso Díaz trasladó a su ejército a las regiones para acabar con las cacicazgos y nombró a los militares más allegados, gobernadores de los estados pero además sumó a las gavillas de delincuentes a un improvisado pero efectivo ejército de rurales y ordenado que fue el país, la paz vino como consecuencia lógica.

De la paz porfiriana se desprendió el desarrollo de la nación que fue muy evidente. Primero tenía la necesidad de conectarlo y, si lo recibió con apenas tres mil kilómetros de vías férreas, al cabo de su mandato ya había más de 13 mil kilómetros que en 1910 fueron utilizadas por los revolucionarios para moverse por el país.

Dicen que “obras son amores” y no hay un lugar en donde tomes un bus turístico para recorrer una ciudad como por ejemplo Veracruz, la Ciudad de México, Puebla, Zacatecas, Oaxaca o, la que a usted se le ocurra, que no tenga el sello de Porfirio Díaz. Los monumentos más importantes de México, los más representativos, los hizo su administración.

Quizá el ejemplo más iconográfico y representativo, es la hermosísima Victoria Alada o, mejor conocido como Ángel de la Independencia que adorna el Paseo de la Reforma que es la avenida más bella de la Ciudad Capital -casi una réplica del Boulevard francés Champs Elysées- y que corre desde el Castillo de Chapultepec hasta el Palacio de Nacional.

El Hemiciclo a Juárez es otro de los monumentos lindos de la Ciudad de México y ¿qué decir del portentoso Palacio de las Bellas Artes?, vamos, hasta el monumento a la revolución, es una obra comenzada por Díaz que albergaría el Senado de la República y que, como otra curiosa paradoja hoy es reconocido con el nombre del movimiento que hizo dimitir al prócer oaxaqueño.

Si mi paisano Benito Juárez fue grande, mi otro paisano fue MONUMENTAL. La única vez que el peso estuvo por encima del dólar, fue con Porfirio Díaz, entonces un peso mexicano, acuñado en plata, costaba dos dólares americanos y esas monedas que circularon en el porfiriato, literalmente valen hoy su peso en plata y en oro como el mismísimo Centenario que costó -en los primeros 100 años de la independencia de México y como conmemoración de la fecha- la sustanciosa cantidad de 50 pesos ORO.

Basta leer la carta de dimisión firmada por el Generalísimo el 25 de mayo de 1911 para darnos cuenta de su grandeza, basta echarle un vistazo a las arcas llenas de oro (63 millones de pesos oro) que Porfirio Díaz dejó en la nación para entender su compromiso con México, basta enterarse de la renuncia a su dieta militar que la donó a la tropa para entender al enorme militar. ¿Cuándo nacerá otro hombre así?, mire usted que a México le urge un patriarca, no un remedo de tirano como el que tenemos.

@leyvaguilar

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