ADOPCIÓN
12 agosto, 2023El Zumbido del Moscardón
Francisco Alejandro Leyva Aguilar
El miércoles pasado en el pleno del Congreso Local de Oaxaca, la diputada Miriam de los Ángeles Vásquez Ruiz del Partido del Trabajo, filial de Morena por supuesto, presentó una iniciativa para permitir la adopción homoparental sumándose así a otros 10 Congresos que han presentado este tipo de iniciativas.
Controversial iniciativa en un estado 90 por ciento católico, religión ésta donde se pondera la familia heterosexual como el modelo de célula social y en donde lo principal es la difusión entre sus miembros de los valores humanos… y de los roles naturales.
Si bien la Iglesia Católica en voz de su máximo Jerarca el Papa Francisco -que ha roto algunos paradigmas con sus declaraciones- ha dicho que “los homosexuales son hijos de Dios y tienen derecho a una familia”, también ha expresado SU RECHAZO REITERADO AL RECONOCIMIENTO JURÍDICO DE LA ADOPCIÓN POR PARTE DE PAREJAS HOMOSEXUALES. (Scripta Fulgentita, P171-178)
En México, tenemos una comunidad que no solo es homosexual o lésbica, hay algunas otras letras que componen el conglomerado de la comunidad LGTBIQ+ (lesbinaas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales… les debo el Q y el +, es decir los ¡33 tipos de géneros que hay!), ¿a quién va dirigida esta iniciativa de ley?
Como dije y no solo en la religión católica sino en varias otras sectas lectoras de la Biblia que se han convertido en Iglesias y que algunas de ellas incluso “curan” la homosexualidad, no están de acuerdo en la adopción de menores por parte de parejas no heterosexuales.
La homosexualidad -y con homosexual englobo todas las consonantes del conglomerado- hasta hace 25 años se consideraba una ENFERMEDAD MENTAL, sin embargo algunas investigaciones recientes sobre genética y psicología de los homosexuales, han demostrado que no es un trastorno.
La orientación sexual, de acuerdo a varios científicos es “probablemente el resultado de una compleja interacción de factores ambientales, cognitivos y biológicos”, al menos eso dice la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas in inglés). Esta organización explica que “ser homosexual no es una enfermedad y no está relacionada con trastornos mentales”.
Para el psicólogo alemán Sigmund Freud la homosexualidad estaba ligada a factores externos específicos como las relaciones -del niño y no de la niña- con el placer. Para él, la primera etapa placentera por llamarla de alguna manera, es la bucal por eso los bebés se llevan a la boca todo lo que pueden, a esa etapa le sigue la anal y luego la sexual.
Freud suponía que si existen algunas condiciones sociales específicas, un niño podría desarrollar con toda seguridad la homosexualidad.
Ninguno de los estudios hasta hoy realizados sostienen que la preferencia sexual sea congénita, es decir, los humanos nacemos hombres y mujeres, no lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales y mas. Por lo tanto, la preferencia sexual es mas bien una decisión, como por ejemplo, el amor -que no el enamoramiento-.
Si esos estudios son verdad, podemos deducir que la adopción homoparental, podría motivar en los infantes conductas que los lleven a decidir ser igual que sus “padres” y que una familia no necesariamente está compuesta por un hombre y por una mujer, que es normal tener o dos padres o dos madres o, un papá humano y una mamá perro macho.
Alguna vez vi la película “la otra familia” que es justamente una apología de la adopción homoparental, sin embargo las condiciones ahí planteadas, no necesariamente se replican de manera homogénea en la sociedad, no todos los homosexuales son tan “equilibrados” como en la película, ni todas las mujeres son tan “irresponsables” como ahí lo plantean.
Hay regiones aquí en Oaxaca como por ejemplo el Istmo de Tehuantepec, donde el homosexualismo -y aquí si excluyo las demás consonantes del conglomerado- está normalizado y hasta promovido, no así el lesbianismo y los homosexuales serán muy buenos hijos de familia porque son los que se quedan con sus padres en la vejez, pero sus relaciones homoparentales -y solo hay que ver los periódicos- son muchas veces violentas y tormentosas.
Si ya hemos normalizado que existan 33 preferencias sexuales ¿por qué normalizar familias homoparentales?, ¿a dónde nos va a llevar eso como sociedad?, ¿es un mejor mundo uno con 33 preferencias sexuales o es mejor uno heterosexual?, ¿qué consecuencias en la mente inocente de un menor tendría saberse miembro de una familia homoparental?, ¿cómo saber qué es lo que quieren los niños?
Es claro que las decisiones personales sobre las preferencias sexuales deben respetarse, pero si yo fuese diputado, votaría en contra de la adopción homoparental, ¿mi razón?, porque aún creo en la familia heterosexual como modelo de equilibrio social.
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