La mañanera
3 agosto, 2023El Zumbido del Moscardón
Francisco Alejandro Leyva Aguilar
¿
Vieron o escucharon la mañanera de ayer 2 de Agosto?… yo tampoco pero claro que me entero de lo relevante que pueda decir el insufrible mandatario que tenemos, casi nunca hay algo relevante y casi siempre estupideces y ayer no fue la excepción.
Claro que no se puso a hablar de que la gasolina no cuesta 10 pesos el litro, sino 23 y va en aumento, tampoco habló del precio por las nubes de la tortilla y de los básicos como el huevo, la carne de pollo o de res, menos habló de la economía en picada, ni del aumento en el número de pobres durante su sexenio.
No rozó ni con el pétalo de una rosa el asunto de los 165 mil asesinados durante su sexenio, ni se percató de que la pandemia de COVID que ya dejó un millón de muertos en México, puede tener un rebrote importante si no nos cuidamos. No mencionó los asesinatos políticos como el ocurrido en el anárquico estado de guerreo donde mataron a un empresario promotor de la campaña de Marcelo Ebrard.
Tampoco dijo nada del sobre costo, casi al doble de sus tres obras insignia de las cuáles ninguna sirve o le sirve a la la economía o al Producto Interno Bruto del País y que ya lleva gastado -que no invertido, puesto que no habrá ganancias- más de 800 MIL MILLONES DE PESOS, 300 mil más de lo que, según el peje, nos cuesta la corrupción.
No, no se atrevió claro a hablar del video que hizo público el cartel Jalisco nueva generación en Michoacán, donde conminan a los ciudadanos a sumarse a sus filas quién sabe con qué objeto diciéndoles que ellos tienen una “gran cobija” donde todos caben.
Mucho menos se atrevió a tocar el asunto escandaloso de los libros de adoctrinamiento que la Secretaria de Educación Pública (SEP) ya ha repartido en todo el territorio nacional con la honrosa excepción de Guanajuato donde acataron el amparo que interpuso la Asociación Nacional de Padres de Familia contra los contenidos adoctrinadores de Marx Arriaga.
Tampoco dijo nada de los rebrotes de lepra que se han acumulado en el país, de la falta de vacunas contra la poliomielitis o el sarampión que ya ha causado muertes en algunos estados de la república.
No dijo nada sobre los graves problemas que el campo mexicano tiene desde que desaparecieron programas como procampo o la financiera rural, no dijo nada del precio de garantía para la compra de maíz que su gobierno prometió, ni mucho menos tocó el tema de la estafa súper maestra en Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX).
Omitió hablar de las multimillonarias deudas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que dirige su cuate Manuel Bartlett, ni de las onerosas pérdidas de Pemex nunca antes vistas en sexenios anteriores o del escandaloso derrame de petróleo en la Sonda de Campeche que ha negado sistemáticamente.
¿Y de los niños con cáncer que fallecieron por falta de oncológicos?, ni hablar, ellos y sus padres no son más que “golpistas” para el peje y sus secuaces, lo mismo que las madres buscadoras que, valga la redundancia, lo han buscado hasta el cansancio para que las apoye y ellas en su búsqueda, solo han encontrado balazos, no abrazos.
En el México de “los otros datos”, no se puede hablar de que es el sexenio donde más desaparecidos hay, más de 50 mil en lo que va de la administración pejista y claro tampoco se habla de las desapariciones extrajudiciales ejecutadas por miembros de las fuerzas armadas.
No, nada de eso es importante para el Macuspano, por eso ayer se quejó, imagine usted esta estupidez ¡DEL EXCESO DE AIRE DE LAS PAPITAS QUE SE VENDEN EN TERRITORIO MEXICANO” y se quejó también del ALTO PRECIO DE ESOS PRODUCTOS!.
“Hay mucho fraude, muchos productos adulterados, chatarra. Las papitas que le ponen mucha sal, pero lo que duele mas de las papitas es que cuestan muchísimo y les han puesto mucho aire”.
Ese es el nivel de preocupación y de ocupación de un mandatario que me parece que ya ha perdido el juicio. Es un sujeto que está fuera de toda realidad, al que no le importan los verdaderos y apremiantes problemas que tiene el país y yo no quisiera pensar que lo hace adrede porque si es así, está distrayendo a los ciudadanos de una realidad que pronto nos puede sorprender.
Como lo dije en la columna de ayer, su desdén a las leyes, su egolatrismo casi enfermo, su desprecio al orden, puede tener como objetivo que México se convierta en un caos, en una anarquía social, económica y política, que le permita declarar un estado de excepción, donde se anule el proceso electoral, se disuelvan los poderes y se quede él como “guardián del orden”.
¿Les parece descabellado?… al tiempo.
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